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Si te gusta salir de excursión, hacer senderismo o eres miembro de las fuerzas armadas, debes saber cómo escoger una mochila táctica militar. Desde los inicios de la humanidad ha sido necesario un recipiente que permitiera a los antiguos cazadores y recolectores llevar suministros a sus refugios.
Con el paso del tiempo estos sacos fueron modificándose y adaptándose a la comodidad del portador. A raíz de estos sacos primitivos derivaron todo tipo de bolsos, mochilas, maletas, maletines, entre otros. Convirtiéndose no sólo en una herramienta muy práctica y funcional, sino en un accesorio y una prenda de vestir más.
En particular, las mochilas son bolsas que permiten llevar todo tipo de equipaje. Generalmente van sujetas a la espalda mediante correas que van de los hombros a la cintura.
No todas las mochilas tienen la misma capacidad o funcionalidad, por lo que se han diseñado una gran variedad para todo tipo de situaciones. Desde mochilas escolares especializadas para que los niños puedan cargar con sus utensilios hasta mochilas deportivas, tácticas e incluso de uso común.
¿Cómo escoger mochila táctica militar?
Si eres un aficionado del senderismo, el montañismo, te gusta acampar, eres un ex militar o si aún sigues siéndolo puede serte de utilidad una mochila táctica.
Las mochilas tácticas están hechas de materiales resistentes y duraderos, además de compartimentos para distintos utensilios. Del mismo modo, las puedes conseguir de distintos tamaños, de manera que se ajuste a la actividad que vayas a realizar.
Algunas cosas que hay que tener en cuenta para saber cómo escoger una mochila táctica militar son:
1. Volumen y Capacidad
Antes de comprar una mochila táctica se debe tener muy en claro para qué será utilizada y cuánto equipaje se desea llevar. Esto te permitirá tener bastante claro qué tamaño de mochila escoger.
El tamaño y las dimensiones de una mochila no se calculan con base en el peso sino en el volumen que ésta pueda llevar. Por lo tanto, al comprar una mochila táctica es importante tomar en cuenta el valor en litros que indica, es decir, su volumen.
Es importante tener claro el uso que se le dará a la mochila para poder determinar un buen volumen. No se recomienda utilizar mochilas muy grandes para viajes cortos, ya que un mayor espacio incitará a llevar objetos innecesarios. Llevar demasiado peso podría dificultar la movilidad.
Para viajes cortos que podrían durar de 1 a 5 días se recomiendan mochilas con un volumen comprendido entre los 25 y 45 litros. Este tamaño es suficiente para cargar prendas de vestir y otros equipos de primera necesidad.
2. Comodidad y Ergonomía
La ergonomía se basa en todo el sistema y diseño de la mochila que favorece la buena postura y comodidad del cuerpo. Una mochila mal adaptada puede generar lesiones severas a largo plazo.
El espaldar debe ser rígido y acolchado para favorecer una buena postura y transpiración.
Además, debe contar con dos bandas laterales para los hombros lo suficientemente anchas y acolchadas para evitar lesiones e incomodidad. Es importante que ambas bandas tengan una correa de sujeción pectoral que mantenga a la mochila bien adaptada al cuerpo.
En las mochilas de mayor volumen puede ser necesario un cinturón que transmita el peso a la cadera y lo disminuya en la columna vertebral.
3. Compartimientos
A diferencia de las mochilas de uso común, las mochilas tácticas están llenas de bolsillos y compartimentos. Éstos son necesarios para mantener una buena organización del equipaje, permitiendo llevar una mayor cantidad en un menor volumen.
Los bolsillos internos son útiles para organizar equipos de uso puntual, como bolsas, documentos, objetos de valor, etc. Mientras que los bolsillos externos facilitan la disposición de objetos de uso común de manera rápida y precisa.
4. Sistema MOLLE
El término MOLLE viene de las siglas en inglés que se traducen como Equipo Ligero de Carga Modular. Dicho sistema fue desarrollado por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en el año 1997 con el propósito de optimizar el rendimiento operativo.
Éste consiste en una serie de cintas de nylon denominadas PALS cosidas a los chalecos o a las mochilas. De modo tal que los accesorios compatibles que pueden unirse a los PALS sean de fácil y rápido acceso.
5. Calidad
Estas mochilas deben ser fabricadas con materiales resistentes a condiciones rústicas. Con una tela muy delicada la mochila no aguantaría ni 5 días en el campo. Es por esta razón que las mochilas tácticas cuentan con cremalleras, hebillas, y costuras resistentes, que pueden soportar suficiente peso por un tiempo prolongado.
Así mismo, se utiliza tela de poliéster, un tejido sintético muy resistente, pero al mismo tiempo ligero. Para saber cuál es el mejor poliéster existe una unidad, el Denier, que indica el espesor del tejido. Mientras mayor sea el valor en Deniers, más resistente será la tela.
6. No cometas errores
Las mochilas tácticas están diseñadas para cargar bastante peso durante suficiente tiempo sin lastimar al usuario. Por eso, lo más importante al buscar una mochila táctica es el tamaño.
Muchos creen que comprar una mochila más grande es un ahorro de dinero, pero supone cargar mayor peso que puede ser incluso innecesario. Como consecuencia, esto conlleva al desgaste de aquel que cargue con todo el peso.
Además, una mochila táctica debe ser llenada hasta su máxima capacidad. Dejarla medio llena puede tornarse incómodo para el portador, puesto que el cargamento tenderá a moverse libremente en su interior.
Es necesario que el equipaje esté bien distribuido y compartimentalizado, de lo contrario, esto puede generar lesiones de espalda a quien lleve el cargamento.
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